*Rodeado de vegetación natural y a unos metros del Pueblo Mágico de Xico, un lugar donde emanan olores y colores de un pueblo
Arantxa Arcos
Xico, Ver.- Una barra de más de dos metros de largo exhibe, por categoría, licores de todos los sabores y olores que pueden degustar los comensales en La Cabaña del Patrón.
Sobre la madera barnizada y pintada en tono oscuro, esta barra también divide al amplio local ubicado sobre la carretera que conecta a los municipios de Xico con el entronque a Teocelo o Coatepec.
Tequila, ron, brandy, vodka o licor cosechado y producido en la región montañosa del estado de Veracruz, yace en la llamativa barra que al terminar, del acceso principal hacia el corazón de la cocina, existe un mural.
Dos dibujos: uno morado y otro amarillo podrían aludir a cómo se disfrutará la estancia. El primero, con disgusto o exceso de probar ésta barra, como ocurre cuando los “minions”, personajes animados de una película infantil, consumen un antídoto que los convierte en seres irracionales y de mal humor.
En el film, los llamados “anti minions” son los personajes inestables o agresivos que su única decisión es destruir todo a su paso. Ésta última opción la alcanzarían a calmar con el consumo de platillos sazonados al estilo Sinaloa.
Los segundos, y que en su mayoría consiguen los clientes, es imitar a los “minions”, pequeños individuos amarillos con alto grado de alegría y picardía, como el obtenido después de comer e ingerir un pequeño aperitivo.
Entre los pasillos del sitio rodeado de vegetación natural y a unos metros del acceso principal al Pueblo Mágico de Xico y su cascada más concurrida, Texolo, unas láminas y madera cubren la estancia de los consumidores del tradicional “chipi chipi” o intensos rayos de sol durante el día.
La distancia entre cada mesa permite la ventilación y degustar platillos cocinados al momento. Las opciones van desde un pulpo a las brasas preparado casi junto a tu mesa.
Una parrilla instalada en el acceso principal te contagia el olor, textura y efervescencia que se genera cuando el crustáceo, después de ser rociado con la receta secreta de la casa, toca las fuertes llamas.
Al costado, las palmas de una mujer seducen otro plato que desnuda con delicadeza un plátano macho que se puede bañar con crema y queso fresco rallado o lechera, un líquido dulce que se acompaña con postres.
Las carnes de res o cerdo también son ofrecidas a los clientes; con cebolla, mezclado con diversas verduras o sola, asada o frita en diversas presentaciones. La decisión será tomada por el paladar.
Al estar situado sobre un paso carretero y de gran afluencia de turistas locales, nacionales e internacionales, la bienvenida recae en la fachada con un inmenso tocotín que se adapta a cada temporada.
En el mes de noviembre se viste en honor a los Día de Muertos, festividad mexicana de gran arraigo. Para el mes de diciembre, cambia un pequeño artículo para recordar a Papá Noel o Santa Claus, previo a su llegada en Navidad.
Lo único que permanece intacto son las máscaras tradicionales del municipio xiqueño, que cada 22 de julio festejan en las calles y en la iglesia de su ciudad, a Santa María Magdalena, patrona de Xico.